La pandemia del COVID-19 ha tenido un alto impacto en la población mayor, no solo por los riesgos en la salud, sino también porque trazó un panorama de soledad.
AMIA, gracias a una red de apoyo de voluntarios, entre 18 y 95 años, han comenzado a brindar en Argentina, acompañamiento de manera telefónica que ayude a alentar, motivar, acompañar y también prevenir situaciones de riesgo derivadas del aislamiento y la soledad. Una iniciativa que bien vale la pena imitar en nuestro país.
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